Esta leyenda inicia porque en el Salvador existió un señor muy educado llamado Justo Armas, del cual algunas personas pensaron que se trataba del fallido emperador de México, Maximiliano de Habsburgo, porque sabía hablar muy bien alemán, tenía algunas cosas del Segundo Imperio Mexicano, como cubiertos y cristalería, y porque sabía de buenas maneras como si hubiera estado en una corte.
Rolando Déneke, varios años después, con lo que le contó su abuela (que de niña conoció a Justo Armas) y lo que se decía en ese tiempo, ideó la hipótesis de que ambos personajes fuesen el mismo. No obstante, para ello, tuvo que adaptar muchas circunstancias, que en ocasiones, entraron con fuerza de calzador (además de que desconocía detalles del fusilamiento e información que recientemente ha salido a la luz). He aquí algunas de sus premisas y cómo han sido desmentidas...
1.- EL "PARECIDO..."
De entrada, observemos las fotos, ¿se parecen?
Quizá en algunos rasgos, pero la nariz y la forma de la cabeza son distintas. Sin mencionar que de haberse tratado de Maximiliano, éste hubiese muerto como Justo Armas a los 104 años. Una edad bastante avanzada para aguien como Maximiliano, que se enfermaba a menudo.
Tal vez pudo haber sido un Habsburgo, pero más joven, como el hijo mayor de Francisco José, Rodolfo de Habsburgo. Viéndolos, se parecen un poco...
Pero, sucede que Rodolfo murió joven (se suicidó) e incluso hay fotos de su cadáver, además del testimonio de su hermana Valeria, quien narró en su diario como fue su velorio. Así que, no puede ser...
¿Se parecía entonces al emperador de Austria, Francisco José (hermano de Maximiliano)? Quizá. Algunos piensan que pudo haber sido algún hijo ilegítimo, pero eso tampoco se ha comprobado...
Déneke menciona que, según su abuela, en una ocasión fueron a buscar a Justo Armas, personas de la realeza austriaca, pero que él se negó a ir con ellos. Esto lo interpreta Déneke como consecuencia del pacto de familia que hizo Maximiliano con Francisco José antes de partir a México, en el que perdía sus derechos dinásticos. Su hipótesis es que Maximiliano entonces ya no quiso aceptar.
(No obstante, ahora vamos a mencionar más razones por las que NO es posible que Justo Armas sea Maximiliano).
2.- FOTOGRAFÍAS.
Déneke dice que no hay fotografías del fusilamiento de Maximiliano ni de su cuerpo. En el primer caso, no las hay, porque prohibieron tomar fotografías, no obstante, hay una fotografía basada en una litografía y en un dibujo del fotógrafo Aubert. quien estuvo presente en el fusilamiento.
Asimismo, existen fotografías del cuerpo de Maximiliano, ya en su ataúd, tomadas por el mismo Aubert, así como de su ropa ensangrentada:
Dice Déneke que en todo caso, Maximiliano no se parece a esa foto que le tomaron, ya muerto. No obstante, hay que recordar que durante el proceso de embalsamamiento, el cadáver se desecó un poco, le cortaron parte de la barba, que antes traía más larga (*una parte de ella, se le quemó antes con una granada y después del recorte eso ya no se ve (además de que le creció en el tiempo en el que la ciudad estuvo sitiada); y tiene ojos de vidrio de color negro (esto último fue porque no se encontraron de color azul, como eran los de él).
Al respecto de los ojos, Déneke dice erróneamente que los republicanos dijeron que se le habían dañado con las balas y que por eso se le habían cambiado. ¡Error! 1.- Los republicanos jamás dijeron eso. 2.- Las balas no le dieron en la cara. 3.- Se le tuvieron que poner ojos de vidrio porque en un embalsamamieto como el que le hicieron (mezclado con técnicas egipcias), es necesario retirar éstos. Entonces, o se dejaba al cuerpo con los párpados cerrados (como se dejó a Mejía y a Miramón) o se le ponían unos de vidrio.
Hay otra fotografía que se ha dicho que es de Maximiliano después del segundo embalsamamiento, y en ella sí que no se parece, pero esto es porque no se trata de Maximiliano, sino del presidente uruguayo Venancio Flores, quien por error, ha sido confundido (dado que murió por las mismas fechas en que el cadáver de Maximiliano fue llevado a Europa).
3.- MASONERÍA.
Déneke dice que Maximiliano era masón, que por eso Juárez lo tenía que perdonar y lo indultó en secreto.
Sin embargo, un amigo de Juárez, el prusiano Karl von Gagern visitó a Maximiliano en su celda en Querétaro precisamente para averiguar si lo era, y concluyó que no, porque no entendió las señas que le hizo con las manos, ni las palabras en clave que le dijo (no fue por el idioma, pues Karl también hablaba alemán). Esto lo escribió en una carta a Juárez. Asimismo, el doctor Basch relató en sus memorias que Maximiliano le contó de este encuentro, durante el cual, en efecto, Gagern le había dicho algunas frases extrañas, que Maximiliano no había sabido cómo interpretar.
*Cabe decir que, de cualquier modo, aunque Maximiliano hubiese sido masón, siendo la causa tan grave como la que se manejaba, Juárez estaba en su derecho de no haberlo perdonado.
4.- PELOTÓN DE FUSILAMIENTO.
Déneke dice que los republicanos contrataron a unos campesinos que no conocían a Maximiliano, para formar el pelotón de fusilamiento.
Esto no es así, pues, aunque jóvenes, ellos eran militares:
De hecho, el jefe del pelotón, el capitán Montemayor, fue a pedirle disculpas a Maximiliano unos días antes, por tener que cumplir con su labor.
5.- ADN.
Déneke convenció a una de las descendientes de la familia Habsburgo de comparar su ADN con el de Justo Armas. No hubo resultados concluyentes porque la muestra de Justo Armas -según Déneke- "estaba contaminada" con tierra.
De cualquier forma, la familia Habsburgo ha realizado en recientes fechas un examen de ADN al cuerpo de Maximiliano que se encuentra en la cripta de Capuchinos en Viena, comparándolo con el de un mechón de cabello de cuando Maximiliano era pequeño, y han concluido que es el mismo, lo cual echa por tierra la hipótesis de que hubiera sido Justo Armas.
6.- TESTIGOS
Hubo muchos testigos de la muerte de Maximiliano, entre ellos:
-El doctor Hilarión Frias y Soto (quien escribió acerca del fusilamiento).
-El padre Soria (cuyo testimonio es recogido por Agustín Rivera).
-El barón de Magnus (quien informó a Bismarck del hecho).
-El doctor Calvillo (quien hizo su informe médico, ya que le tocó ser designado para confirmar las muertes de Maximiliano, Miramón y Mejía).
-El doctor Szende (quien participó en su embalsamamiento y fue testigo del fusilamiento. Escribió un artículo de ello, años después de la muerte de Maximiliano).
-El cocinero húngaro Tüdos (de quien recogen su testimonio tanto el doctor Basch, como el príncipe de Salm Salm y Blasio, quienes lo incluyen en sus memorias.
-El coronel republicano Palacios (quien informa a Basch lo que sucedió).
-Personas de la ciudad de Querétaro que lo conocían, pues convivieron con él durante el sitio.
7.- LAS COSAS.
Las cosas que tenía Déneke en su poder, en relación al II Imperio, las pudo haber obtenido de otro modo. Después de que Maximiliano fue vencido, se subastaron muchas de sus cosas (algunas más también fueron saqueadas y/o revendidas).
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Lamentablemente, las premisas de Déneke han sido tomadas por algunas personas como ciertas y las han publicado en algunos medios, no a modo de hipótesis, sino como si se tratara de una investigación seria y concluyente. De ese modo han permanecido sin ser desmentidas y cada año, más o menos por la fecha conmemorativa del fusilamiento, vuelven a salir.
Pero más que esta historia tenga su atractivo mítico o literario, por las razones anteriores, se ha descartado que Justo Armas y Maximiliano fueran la misma persona.